En este año particular para todos hablar de Salud Mental resulta aún más significativo ya que nos implica como sociedad pensar en factores que nos permitan sobrellevar esta realidad desde todo punto de vista, convocándonos a pensar en el binomio salud – enfermedad, pero hoy desde el autocuidado.
Realidad virtual y distanciamiento físico fueron dos conceptos que pretenden transmitir seguridad pero que generan ambivalencia porque culturalmente no los podemos asimilar como necesarios.
En muchos casos, una forma de resistirse a esta nueva modalidad se visualiza a través de síntomas asociados a crisis de pánico, ansiedad, depresión, etc., los cuales surgen como una no naturalización de esta realidad inesperada e incierta a la cual tenemos que adaptarnos.

En el día mundial de la Salud Mental es necesario re-significar y potenciar una habilidad que la ponemos en práctica cotidianamente y en diferentes situaciones, la RESILIENCIA, como factor que nos permite tolerar y sobreponernos a situaciones negativas, como práctica que genera autocuidado y que permite cuidar porque puede ser colectiva.
Como factor que permite disminuir los síntomas mencionados anteriormente debido a que fomenta la capacidad para reorganizarnos como grupo (familiar, social, etc.), nos permite buscar alternativas, reconocer que no tenemos todo bajo control, buscar y brindar ayuda y adaptarnos a los cambios.
Una forma efectiva de generar o reconocer nuestra resiliencia tiene que ver con nuestra capacidad para socializar (para dialogar sobre nuestras emociones, aceptar lo diferente como otra opción y reconocer que no estamos solos).
La realidad virtual y el distanciamiento social son elementos que hacen a la nueva forma de socializar. Buscar alternativas y readaptarnos al cambio es una tarea que nos involucra constantemente a todos (instituciones, actores sociales, familias, etc.) como agentes de Salud Mental que somos.